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Tamiya

JEEP SAS BRITANICO DESIERTO -Escala 1/35- Tamiya 35033

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JEEP SAS BRITANICO DESIERTO - escala 1/35 - tamiya 35033

Este producto se suministra desmontado, y sin pintar. Pegamentos, herramientas, y pinturas, no incluidas.

TAMIYA - BRITISH SPECIAL AIR SERVICE JEEP - ESCALA 1/35 - TAMIYA 35033 - MAQUETA PARA MONTAR

ESTE PRODUCTO SE SUMINISTRA DESMONTADO Y SIN PINTAR. PINTURAS, PEGAMENTOS, Y HERRAMIENTAS NO INCLUIDOS

El Servicio Aéreo Especial Británico (SAS) se estableció en 1941 y durante la Segunda Guerra Mundial participaron en varias misiones de comando, incluida la realización de ataques sorpresa contra sitios críticos como aeródromos y bases de suministro detrás de las líneas enemigas. Para tales operaciones utilizaron vehículos fuertemente armados con ametralladoras. Estos vehículos también estaban equipados con diversos equipos, así como tanques de combustible de repuesto adicionales para permitir operaciones de largo alcance. Este kit recrea una versión en el frente norteafricano.

• Kit de montaje en plástico escala 1/35. Longitud: 96 mm.

• El kit también incluye 2 figuras para permitir la creación instantánea de dioramas directamente desde la caja.

• Nota: El kit no tiene calcomanías.E56c071c260334bceb13cb68eedb53145Z.jpeg_


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SAS son las siglas en inglés de Servicio Aéreo Especial. Esta era una unidad de servicio especial organizada en 1941 por el joven oficial británico David Stirling, y que participó en las misiones del Norte de África. Su único objetivo consistía en debilitar al enemigo infiltrándose en sus filas y hostilizando la retaguardia. Las SAS siempre se movían en secreto. Avanzaban más allá del desierto, recorriendo cientos de millas, y atacaban al enemigo de las formas más inesperadas en el momento más inesperado. Incluso se lanzaban en paracaídas por la noche. Se dice que algunos campamentos y aeropuertos militares alemanes, situados en la retaguardia, estaban en continua tensión, pues temían un ataque sorpresa en cualquier momento.
Para las SAS no resultaba fácil recorrer tantas millas por el desierto. Debían someterse a condiciones muy duras y los hombres estaban en constante peligro de muerte. Durante el día, no era raro que las temperaturas superaran los 50ºC. No había árboles que ofrecieran su sombra a los hombres. Por la noche, la arena se volvía fría como el hielo y la temperatura solía bajar de 0ºC. Cuando se desataba una tormenta de arena, la única solución era tumbarse en el suelo y esperar pegado a la arena a que pasara. Otras de las peores amenazas eran las epidemias y los insectos venenosos. Solían ser el golpe final para los hombres que ya estaban debilitados por el desierto. Y, por supuesto, el agua era un tesoro y podía conseguirse en limitadas ocasiones. Incluso cuando se encontraba una fuente, a menudo no era potable, pues estaba infectada por los cadáveres de soldados y animales que habían llegado en busca de agua y habían muerto en el manantial.
Además, los enemigos de las SAS, como las Afrika Corps alemanas y las fuerzas italianas, no cejaban en su empeño de capturarlas. Evidentemente, las SAS únicamente estaban formadas por los mejores hombres. Cada uno de ellos era un profesional de la lucha en el desierto, con un cuerpo entrenado y endurecido por las condiciones del desierto y un espíritu indomable. Se decía que las SAS estaban a la misma altura que las brigadas blindadas.
El principal medio de transporte que utilizaban era el jeep. En el periodo inicial de la guerra, antes de que apareciera este automóvil se utilizó el camión Chevrolet 30 CWT de 3t, y también en el último periodo. Aunque los jeep tenían menos capacidad de carga, superaban a los Chevrolet en su maniobrabilidad campo a través, algo muy necesario para las SAS. Con el fin de soportar las condiciones del desierto y lograr sobrevivir, este cuerpo de elite demostró su ingenio con los jeep en numerosas ocasiones.
El agua era muy preciada en el desierto. Si el motor refrigerado por agua se sobrecalentaba, el jeep se detenía y la valiosa agua del radiador se evaporaría. Era muy difícil obtener agua para el radiador. Así que cortaban la rejilla delantera, menos dos barras, para facilitar la toma de aire y que la refrigeración fuera más eficaz. En la parte delantera de la rejilla colocaban una lata cilíndrica, conectada al radiador por un tubo. De esta manera evitaban el gasto innecesario de agua. En la lata siempre había un poco de agua, el agua del radiador hervía y se evaporaba, pasaba por el tubo hasta llegar a la lata, allí se enfriaba y volvía al radiador. A este instrumento se le llamaba condensador.
También se colocaba un protector en el carburador para que no entrara la arena en el motor. Se quitaba el parabrisas para que no reflejara el sol. El jeep cruzando el desierto era como un pequeño bote navegando en la inmensidad del océano. Un movimiento en la dirección incorrecta significaba la muerte. Para orientarse, utilizaban un instrumento llamado brújula solar, que colocaban en el panel de instrumentos. Indicaba la dirección mediante la posición de la sombra de un cable en el centro, que se proyectaba sobre una esfera. Este instrumento tan sencillo era muy útil cuando el sol brillaba en el cielo. También utilizaban un teodolito para orientarse mejor. El jeep también estaba equipado con placas para la arena. Estaban hechas de hierro, con forma de U, y medían unos 1,5m de largo. Cuando el vehículo quedaba atrapado en la arena, las ponían bajo las ruedas para que saliera. Sobre el capó, en la parte trasera, los laterales y todos los sitios donde era posible, se colocaban varios bidones y sacos de piel con agua y combustible. Otros objetos imprescindibles eran una red de camuflaje para ocultar el vehículo y un mapa. Las SAS también llevaban todo lo necesario para el día a día, como sacos de dormir, mantas y alimentos. Cada uno de los vehículos estaba equipado con estos elementos necesarios, pero nunca actuaban solos. Para enfrentarse mejor a los peligros y posibles contingencias, siempre operaban en un grupo de por lo menos dos o tres vehículos.
En el salpicadero y en la parte trasera de la carrocería se montaba una ametralladora Browning y cañones Vicker K, dobles o individuales. Los Schemeisser, Luger y los proyectiles de las ametralladoras se colocaban a mano. Como es normal, las SAS también utilizaban todas las armas capturadas a los alemanes. Los miembros de las SAS vestían una camisa de media manga, pantalones cortos, trencas, prendas propias de aviadores, turbantes, etc., según sus preferencias. El armamento y equipamiento de los jeep también eran variables, dependiendo de la misión y las preferencias de los hombres. No había dos vehículos iguales en cuanto a armamento y equipamiento. Parecía que todo se había cargado de forma desordenada, pero en realidad siempre se hacía con un gran sentido práctico. Era necesaria la experiencia de aquellos soldados acostumbrados a combatir en el desierto para conseguir la mejor organización.

Este producto se suministra desmontado, y sin pintar. Pegamentos, herramientas, y pinturas, no incluidas.

SAS son las siglas en inglés de Servicio Aéreo Especial. Esta era una unidad de servicio especial organizada en 1941 por el joven oficial británico David Stirling, y que participó en las misiones del Norte de África. Su único objetivo consistía en debilitar al enemigo infiltrándose en sus filas y hostilizando la retaguardia. Las SAS siempre se movían en secreto. Avanzaban más allá del desierto, recorriendo cientos de millas, y atacaban al enemigo de las formas más inesperadas en el momento más inesperado. Incluso se lanzaban en paracaídas por la noche. Se dice que algunos campamentos y aeropuertos militares alemanes, situados en la retaguardia, estaban en continua tensión, pues temían un ataque sorpresa en cualquier momento.
Para las SAS no resultaba fácil recorrer tantas millas por el desierto. Debían someterse a condiciones muy duras y los hombres estaban en constante peligro de muerte. Durante el día, no era raro que las temperaturas superaran los 50ºC. No había árboles que ofrecieran su sombra a los hombres. Por la noche, la arena se volvía fría como el hielo y la temperatura solía bajar de 0ºC. Cuando se desataba una tormenta de arena, la única solución era tumbarse en el suelo y esperar pegado a la arena a que pasara. Otras de las peores amenazas eran las epidemias y los insectos venenosos. Solían ser el golpe final para los hombres que ya estaban debilitados por el desierto. Y, por supuesto, el agua era un tesoro y podía conseguirse en limitadas ocasiones. Incluso cuando se encontraba una fuente, a menudo no era potable, pues estaba infectada por los cadáveres de soldados y animales que habían llegado en busca de agua y habían muerto en el manantial.
Además, los enemigos de las SAS, como las Afrika Corps alemanas y las fuerzas italianas, no cejaban en su empeño de capturarlas. Evidentemente, las SAS únicamente estaban formadas por los mejores hombres. Cada uno de ellos era un profesional de la lucha en el desierto, con un cuerpo entrenado y endurecido por las condiciones del desierto y un espíritu indomable. Se decía que las SAS estaban a la misma altura que las brigadas blindadas.
El principal medio de transporte que utilizaban era el jeep. En el periodo inicial de la guerra, antes de que apareciera este automóvil se utilizó el camión Chevrolet 30 CWT de 3t, y también en el último periodo. Aunque los jeep tenían menos capacidad de carga, superaban a los Chevrolet en su maniobrabilidad campo a través, algo muy necesario para las SAS. Con el fin de soportar las condiciones del desierto y lograr sobrevivir, este cuerpo de elite demostró su ingenio con los jeep en numerosas ocasiones.
El agua era muy preciada en el desierto. Si el motor refrigerado por agua se sobrecalentaba, el jeep se detenía y la valiosa agua del radiador se evaporaría. Era muy difícil obtener agua para el radiador. Así que cortaban la rejilla delantera, menos dos barras, para facilitar la toma de aire y que la refrigeración fuera más eficaz. En la parte delantera de la rejilla colocaban una lata cilíndrica, conectada al radiador por un tubo. De esta manera evitaban el gasto innecesario de agua. En la lata siempre había un poco de agua, el agua del radiador hervía y se evaporaba, pasaba por el tubo hasta llegar a la lata, allí se enfriaba y volvía al radiador. A este instrumento se le llamaba condensador.
También se colocaba un protector en el carburador para que no entrara la arena en el motor. Se quitaba el parabrisas para que no reflejara el sol. El jeep cruzando el desierto era como un pequeño bote navegando en la inmensidad del océano. Un movimiento en la dirección incorrecta significaba la muerte. Para orientarse, utilizaban un instrumento llamado brújula solar, que colocaban en el panel de instrumentos. Indicaba la dirección mediante la posición de la sombra de un cable en el centro, que se proyectaba sobre una esfera. Este instrumento tan sencillo era muy útil cuando el sol brillaba en el cielo. También utilizaban un teodolito para orientarse mejor. El jeep también estaba equipado con placas para la arena. Estaban hechas de hierro, con forma de U, y medían unos 1,5m de largo. Cuando el vehículo quedaba atrapado en la arena, las ponían bajo las ruedas para que saliera. Sobre el capó, en la parte trasera, los laterales y todos los sitios donde era posible, se colocaban varios bidones y sacos de piel con agua y combustible. Otros objetos imprescindibles eran una red de camuflaje para ocultar el vehículo y un mapa. Las SAS también llevaban todo lo necesario para el día a día, como sacos de dormir, mantas y alimentos. Cada uno de los vehículos estaba equipado con estos elementos necesarios, pero nunca actuaban solos. Para enfrentarse mejor a los peligros y posibles contingencias, siempre operaban en un grupo de por lo menos dos o tres vehículos.
En el salpicadero y en la parte trasera de la carrocería se montaba una ametralladora Browning y cañones Vicker K, dobles o individuales. Los Schemeisser, Luger y los proyectiles de las ametralladoras se colocaban a mano. Como es normal, las SAS también utilizaban todas las armas capturadas a los alemanes. Los miembros de las SAS vestían una camisa de media manga, pantalones cortos, trencas, prendas propias de aviadores, turbantes, etc., según sus preferencias. El armamento y equipamiento de los jeep también eran variables, dependiendo de la misión y las preferencias de los hombres. No había dos vehículos iguales en cuanto a armamento y equipamiento. Parecía que todo se había cargado de forma desordenada, pero en realidad siempre se hacía con un gran sentido práctico. Era necesaria la experiencia de aquellos soldados acostumbrados a combatir en el desierto para conseguir la mejor organización.

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